¿Qué será de tu empresa cuando te jubiles?

Veo a muchos empresarios que no quieren hacerse esta pregunta.
Viven sólo el presente del día a día.

Están tan inmersos en apagar fuegos que no levantan la mirada.
Y el día que miren lejos, se encontrarán con que no se han preparado lo suficiente para los nuevos escenarios.

1.- CERRAR

Quizá no ve otra alternativa, cerrará y no recogerá los frutos de tanto esfuerzo que ha hecho a lo largo de décadas de trabajo incansable.

Y lo que es peor: si tiene trabajadores destruirá el sustento de muchas familias.

2.- SUCESIÓN FAMILIAR

Tal vez no ha explorado si podía realizar un traspaso a sus hijos o a alguien del entorno familiar para dar continuidad a la empresa.

Yo mismo, por ejemplo, soy un caso que de joven no quería saber nada del mundo empresarial. Pero la vida da muchas vueltas.

3.- SUCESIÓN PROFESIONAL

Hay casos en los que lo mejor es vender una parte al equipo directivo actual. En inglés se conoce como Management Buy Out (MOB).

Además de cobrar en el corto plazo por el paquete de acciones transferidos a los directivos, pueden establecerse unos criterios de dividendos o instrumentos similares para seguir aportando ingresos al empresario que se jubila.

4.- VENDER

Es una opción razonable cuando las anteriores no son viables o suficientemente interesantes. Vender una empresa significa cambiar el legado empresarial por un legado patrimonial.

He visto a muchas familias empresarias que han vendido la empresa principal que ha permitido a la siguiente generación financiar nuevos proyectos empresariales propios.

5. – AGONIZAR

También se puede poner la cabeza debajo del ala y no ver la realidad. Quizás la empresa ya no es viable debido a los cambios tecnológicos, a la competencia, a los cambios sociodemográficos o a la gestión empresarial.

Siempre se puede intentar reflotar la empresa. Pero para eso hace falta valentía para realizar cambios radicales. Y muchos empresarios no están dispuestos a hacer el esfuerzo.