¿Cuál es el miedo del empresario?

¿Cuál es el miedo del empresario? Después de muchos esfuerzos y dinero invertido, todo empresario teme lo peor: Que cierre su empresa. Por eso los empresarios luchan y trabajan para mantener su empresa a flote en los momentos difíciles.

Qué teme el empresario

Hay una larga lista de amenazas y problemas posibles que no dejan dormir tranquilo a todo empresario/a:

No tener suficiente «caja» a final de mes para poder pagar las nóminas.
Una crisis larga de demanda que le obligue a reducir drásticamente los gastos fijos.
No poder devolver las deudas y tener que empezar una dura negociación con los bancos.
Un cambio en los comportamientos de sus clientes que no detecte a tiempo.
Una competencia feroz que destruya precios de manera suicida para todo el sector.
Ser incapaz de reinventarse rápidamente a los nuevos tiempos.

Al final, se resume en una sola cosa:

Cerrar la empresa a la que ha dedicado tanto tiempo, esfuerzo e ilusión.

Hacer frente al miedo

El miedo es un sentimiento saludable. Nos avisa que hay un peligro. Y por tanto, nos incita a algún tipo de comportamiento:

Negar la realidad, escondiendo la cabeza bajo el ala.
Paralizarse y no actuar.
Huir hacia dónde no haya peligro.
Atacar de frente la amenaza.

Por tanto, la actitud recomendable es aflorar este miedo, visualizar lo que podría pasar en el peor de los casos. No engañarse a uno mismo con una lectura color de rosa de la realidad.

La actitud correcta es dejarse acompañar por el miedo. Un compañero de viaje prudente que nos avisa de los posibles peligros.

Y el paso siguiente es actuar, anticiparse, luchar para crear una nueva realidad que supere las adversidades.

Acciones para prevenir el cierre de tu empresa

Si eres consciente que tu empresa podría estar en peligro en el corto, medio o largo plazo, hay una lista de cosas que puedes hacer ahora:

Apoyarte en tu equipo directivo. Tú, sólo, tendrás menos recursos que si implicas a tus colaboradores más cercanos, de más confianza, en anticiparse a los peligros.
Adaptarte con rapidez. Los cambios en el entorno pueden ser muy drásticos. Hay que actuar rápido para poder mantener el margen.
Vigilar la caja. Mira con tu equipo como podéis mejorar el flujo de caja para no quedaros sin oxígeno.
Cuida tus mejores clientes. Son el puntal para superar las crisis y conseguir la supervivencia.
Innovar con los cambios. Si el mercado se desplaza hacia otros patrones de compra, hay que innovar en tu sector.

Evidentemente ya vigilarás los costes y los gastos. Lo doy por descontado. Pero mis indicaciones van más en la dirección del trabajo en equipo para adaptarse, vigilar el margen, controlar la caja e reinventarse si es necesario.

Lo que sirvió en el pasado no tiene por qué servir en el futuro.