Todos a casa. Esta es la historia de una empresa en búsqueda de la eficiencia. De innovación en eficiencia. Pero no fue una innovación buscada, sino una innovación «encontrada». Me explico.
Se trata de una empresa de desarrollo de software que conozco de hace años. En concreto son especialistas en ERP en empresas que requieran gestionar proyectos como, por ejemplo, ingenierías, despachos de arquitectos o servicios profesionales. Con más de 20 años de experiencia, son un equipo superior a las veinte personas en una oficina en Sant Cugat.
Pues bien, vino la pandemia en 2020, de sobras conocida por todos por el confinamiento domiciliario. «Todos a casa», fue la consigna, como en muchas empresas españolas. Hasta aquí, nada nuevo. Excepto que la dirección vio la oportunidad de realizar un salto de innovación en eficiencia.
En primer lugar, crearon unos programas para asignar tareas a todos los desarrolladores de software, tanto para los ERP estándar como para las adaptaciones a los clientes. En este nuevo programa interno de gestión, diariamente se completaba el trabajo realizado que se visualizaba en un cuadro de mando general.
A continuación, establecieron las vías de comunicación formal (reuniones online). Lo más interesante es que también crearon canales de comunicación informal con el programa que utilizan los jugadores de video juegos para coordinarse rápidamente en las competiciones. Esta comunicación informal, al lado de la pantalla de cada uno, produce un efecto similar al de estar presente en una oficina en la que puedes estar hablando informalmente de futbol, del tiempo, de la familia o de la última excursión. Esto contribuye a la cohesión del grupo en sus relaciones personales. Aparte que también se pueda conversar, obviamente, sobre un proyecto empresarial.
Con este sistema se dieron cuenta que podían eliminar el alquiler de la oficina de Sant Cugat. Y dieron el paso de estar sin oficina.
Al recuperarse la normalidad, no se han planteado volver a alquilar una oficina. Todos están contentos con el trabajo remoto y las herramientas para seguir sintiendo que trabajan en equipo.
Además, a nivel estratégico han aprendido dos cosas más:
Por una parte, han podido ampliar su búsqueda de programadores en todo el mundo. Es poco relevante que un programador esté en España, Argentina o Bali. Esto les ha hecho ganar en competitividad a la hora de encontrar programadores, uno de los problemas de la actualidad.
Por otra parte, han adoptado un modelo de comercialización completamente online. Es decir, hacen las ventas y las implementaciones sin necesidad de desplazarse físicamente (salvo excepciones) a casa del cliente. Con lo que aceleran los plazos de implementación y pueden ofrecer precios más competitivos.
Una cosa sí que mantienen. De vez en cuando se reúnen físicamente todos juntos en un hotel, restaurante o cualquier otra actividad de «team building» para reforzar la cohesión de grupo.
Esta innovación, que ha vendido para quedarse, les aporta mejoras en los siguientes conceptos:
- Eliminación de un coste fijo mensual de alquiler.
- Reducción de la presión alcista sobre los salarios de los desarrolladores de software.
- Más ventas mensuales (al reducir el ciclo de venta).
- Aumento de las ventas por vendedor.
- Reducción del tiempo de implementación.
- Más satisfacción de los trabajadores (evitan en ocasiones largos desplazamientos)
- Mayor control y seguimiento constructivo sobre las tareas diarias.
- Al final, mayor margen por aumento de ingresos y reducción de costes.
Dicen los expertos que se avecinan nubarrones en el horizonte. En lugar de quedarte parado, ¿qué estás preparando en tu empresa para generar un salto adelante en innovación en eficiencia?
«Todos a casa» puede significar dos cosas:
- No se ha innovado cuando había la oportunidad, con lo cual se cierra la empresa y todos a casa.
- O bien se ha aprovechado la coyuntura difícil para reinventarse en eficiencia.
¿En cuál de los escenarios quieres estar?
Si quieres, te puedo acompañar en esta búsqueda de innovación en eficiencia.