Toda empresa es una empresa social

Toda empresa es una empresa social. Se acostumbra a pensar que una empresa social es aquella que su razón de ser es servir a un colectivo débil de la sociedad. Y normalmente son entidades sin ánimo de lucro. Pero yo sostengo que cualquier empresa que venda productos y servicios también es social, porque crea y mantiene puestos de trabajo que de otro modo estarían en paro, en situación precaria.

Una pequeña historia

En un periodo de mi trayectoria profesional, me interesé por crear una empresa con un alto componente social. Estuve con varios emprendedores de ámbito social. Uno de ellos, con años de experiencia financiando de su bolsillo una ONG social en Mataró me dijo un día algo que me resultó muy útil:

«En realidad, Albert, emprender en proyectos sociales es deficitario y muchos proyectos acaban cerrando.

Es por eso que he llegado a la conclusión que cualquier empresa, de lo que sea, es social porque crea y mantiene puestos de trabajos.

Evitar que pymes viables cierren, tiene todo el sentido social por las personas que no irán al paro.»

Las entidades sociales

Las organizaciones sociales de cualquier tipo tienen como objetivo principal dar servicios, trabajo o soporte a una gran multitud de colectivos de la sociedad que estan en condiciones de inferioridad. Existe un mercado competitivo que en ocasiones no admite los «defectos» o debilidades.

Si bien el objeto social es realmente encomiable, este tipo de organizaciones acostumbran a ser deficitarias, por que son o precisan de fondos públicos para poder subsistir. Ningún problema. Para esto existen los impuestos, entre otras cosas.

De todas maneras, me gusta resaltar  empresas como La Fageda que combinan su pasión por hacer buenos productos, competitivos en el mercado, con un tipo de trabajadores de colectivos vulnerables.

Las empresas con ánimo de lucro

Toda empresa que quiere ser viable económicamente necesita generar beneficios y una tesorería positiva. Es una condición necesaria para su supervivencia. Pero no es una condición suficiente para existir. La condición imprescindible es que aporte un valor muy concreto a un tipo de clientes que quieren una solución a su problema o deseo.

Las personas que trabajan en esta empresa tienen un empleo que les aporta ingresos a su cuenta corriente particular o familiar para poder vivir. Y esto sucede con cualquier tipo de empresa industrial, comercial o de servicios.

Las empresas de cualquier tipo generan puestos de trabajo

La conclusión es que todo empresario/a debería estar orgulloso de los puestos de trabajo que ha creado y que se esfuerza en mantener, mientras se aporte valor a un tipo de clientes. Toda la empresa debe tener la obsesión de la mejora contínua para seguir creando este valor añadido a la sociedad que le permitirá crecer y sobrevivir.

Cuando una empresa cierra se destruyen muchos puestos de trabajo que van al paro. Resulta difícil crear nuevas empresas que compensen los puestos de trabajo perdidos. Y la evolución tecnológica dificulta la reinserción laboral.

Toda empresa es una empresa social

Por tanto, toda empresa, en si misma, de la actividad que sea, tiene un componente de empresa social. A veces hablamos de «responsabilidad social» cuando no hay que darle más vueltas:

Crear y hacer crecer empresas es una actividad altamente social por los empleos generados.

Como empresario, con esto ya cumples una buena parte de tu responsabilidad social.

Si quieres dar una vuelta a tu empresa en acción social, más allá de los empleos generados, estoy a tu disposición para impulsar tu estrategia de crecimiento con tu equipo.

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