¿Los objetivos trimestrales son una ruleta?

¿Los objetivos trimestrales son una ruleta?

¿Los objetivos trimestrales son una ruleta? ¿Tienes la sensación de que un día se dice blanco y, al día siguiente, es negro? Me acuerdo que cuando dirigía una empresa industrial, a veces yo mismo traía loco al equipo directivo. La razón era la siguiente. En las reuniones del equipo directivo nos habíamos fijado unas prioridades para el trimestre y, en consecuencia, habíamos asignado los recursos humanos y económicos para alcanzarlos.

Pero iba yo y les decía: «Ahora tenemos que hacer esto». Ya fuera una nueva oportunidad de mercado, unas nuevas instrucciones de la central de la multinacional o una nueva ocurrencia mía.

Entonces el director técnico, un profesional muy capaz, me preguntaba: «¿Cuántas personas de más vas a contractar? ¿Qué presupuesto adicional podemos ampliar?».

Mi respuesta habitual era que no podíamos obtener más recursos para este nuevo objetivo.

Su respuesta era: «Sin más personas ni más dinero, ¿qué podemos retrasar de los objetivos trimestrales que habíamos acordado?».

Esta es la cuestión. Una cuestión de prioridades para que el equipo directivo pueda conseguir los objetivos trimestrales acordados.

Esto sucede en muchas empresas. El empresario improvisa más de la cuenta y el equipo directivo siente que los esfuerzos para conseguir los objetivos van cambiando con demasiada facilidad. Al final se consigue frustración porque muchas de las iniciativas se quedan a medio camino.

El método OKR de objetivos trimestrales

Este método de OKR (Objectives & Key Results) resulta muy práctico para coordinar de manera fácil los grandes objetivos que debe conseguir la empresa en un trimestre determinado.

Consiste en los siguientes pasos:

  1. Antes de empezar el trimestre, el equipo directivo hace una lista de los posibles objetivos relevantes para el trimestre siguiente.
  2. El equipo directivo, con el liderazgo del director general, prioriza unos 4 a 5 objetivos importantes.
  3. Se asigna un líder para cada objetivo, que actuará como impulsor del objetivo con los compañeros del equipo directivo que corresponda.
  4. Conjuntamente, se definen tres hitos o subobjetivos que hay que conseguir a lo largo de los tres meses de cada objetivo.
  5. Una vez al mes, en la reunión del equipo directivo, se hace seguimiento de los objetivos fijados.

Un sistema flexible para enfocar objetivos

Por una parte, antes de empezar el trimestre, el equipo directivo acuerda las grandes prioridades para poder asignar los recursos y avanzar con paso firme.

Pero, por otra parte, también permite ser flexible cuando aparecen otras prioridades que no pueden esperar. Ante las nuevas oportunidades de clientes, retos o dificultades (pensemos por ejemplo en la pandemia o en la guerra de Ucrania), el equipo directivo se tiene que plantear las siguientes preguntas:

  • ¿Realmente este nuevo tema no puede esperar hasta el trimestre siguiente?
  • ¿Cuál de las 4 o 5 prioridades podemos retrasar un poco?
  • ¿Qué paso mínimo podríamos hacer ahora del nuevo tema para mantener los objetivos acordados?

Estas preguntas y otras similares puede ayudar al empresario a resituar de manera flexible los objetivos prioritarios del trimestre si se hacen conjuntamente, realmente en equipo. De ser así, el equipo entenderá mejor las nuevas prioridades. O quizás el nuevo objetivo imprevisto no es tan urgente como parece o se puede dar un pequeño paso.

¿Los objetivos trimestrales son una ruleta?

¿En vuestra empresa suceden estos cambios de prioridades? ¿O es que incluso no os habéis planteado las prioridades del trimestre? Las empresas son dinámicas y tienen que adaptarse a los cambios. Pero también necesitan estabilidad para poder alcanzar los objetivos sin que haya improvisaciones que, cuanto menos, sean poco justificadas.

El método de los objetivos trimestrales os aportará las siguientes ventajas:

  1. Un rumbo claro de los objetivos trimestrales.
  2. Un seguimiento rápido y visual de su avance mensual.
  3. La posibilidad de incorporar cambios justificados.
  4. La coordinación en el equipo para reajustar los objetivos trimestrales.
  5. Una mejor sensación de control de la situación por parte de todo el equipo directivo.
  6. Un sentimiento de pertenencia a un equipo que consigue sus objetivos.

En definitiva, un equipo directivo mejor cohesionado, implicado y de alto rendimiento.

Estoy a tu disposición para escuchar cómo priorizáis ahora los objetivos trimestrales y cómo creo que lo podríais mejorar.

Llámame o escríbeme en mis datos de Contacto. O bien agenda una videollamada para hablarlo sin compromiso mientras nos vemos las caras.

 

Albert Campi
Acompaño a empresarios a crecer en equipo y en orden
albert@albertcampi.com
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