Mis anécdotas sobre un "trabajo seguro"

Mis anécdotas sobre un «trabajo seguro». ¿Quieres encontrar un trabajo seguro? Olvídate. No existe. Se acabó hace tiempo un trabajo «para toda la vida». Todo el mundo laboral y profesional se ha vuelto como el mundo: incierto. Ante esta incertidumbre, ¿cuál es la alternativa al empleo inseguro? Reinventarte. Constantemente. Te lo explico con mi experiencia personal en cada ejemplo.

Toda empresa puede ir bien, o mal

Según los ciclos económicos, las empresas tienen fases de expansión y fases de contracción y crisis. Lo que sucede es que las subidas son progresivas mientras que las bajadas son muy pronunciadas. Similar a la bolsa.

De un día para otro, una empresa que iba bien puede sufrir un incendio, cambiar la regulación, tener un competidor imbatible, sufrir una OPA hostil, etc. Incluso si es una empresa grande, lo que parecía un trabajo seguro se evapora como una pompa de jabón.

Dirigí una empresa que fue muy bien durante años, contratando a bastante gente.

Pero también dirigí una empresa que tuvo que cerrar por un cambio de decreto regulatorio. Todos a la calle, yo incluido.

Las empresas se reorganizan

Ante un mundo tan cambiante, las empresas hacen lo posible para sobrevivir, cambiando sus estructuras para ser más eficientes. Filiales o departamentos internos se externalizan y envían a multitud de personas al paro. «Era un trabajo seguro».

Era el consejero delegado de una filial de una multinacional. Crecía rápido y me decían que yo lo estaba haciendo bien. Un día decidieron desde la central que los países no eran relevantes, sino sólo los continentes. Sobraban 70 directores generales en 70 países. Ese día me levanté por la mañana pensando que sería un día cualquiera de «trabajo seguro»…

Unas profesiones se convierten en prescindibles

Conocemos muchas profesiones que se han vuelto obsoletas por los cambios de hábitos o la tecnología. Se habla mucho de que la automatización, la robótica y la inteligencia artificial volverá obsoletas profesiones repetitivas que parecían seguras.

Como director general tenía una secretaria de dirección antes que hubiera el correo electrónico e internet. (Sí, existía el teletipo, el fax, la máquina de escribir con papel copia, etc). Era un puesto imprescindible. Con la introducción de los emails y muchas herramientas de productividad modernas, se reconvirtió a un puesto de más responsabilidad en el área logística.

Aparecen nuevas profesiones

Constantemente se crean nuevas profesiones a un ritmo vertiginoso. Sólo hace falta ver la evolución de los estudios profesionales y masters, con nombres de titulaciones que ni llegamos a entender.

En las empresas que he dirigido o asesorado, he vivido la creación de nuevas profesiones que antes no existían. La mayoría en el ámbito de la digitalización: Community manager, UX, elearning, design thinking, agile manager, etc. Casi siempre con una denominación en inglés. Y esto se está acelerando.

Los autónomos saben lo que es un trabajo no seguro

Si en los empleos con contrato laboral aumenta la incertidumbre sobre su seguridad, en el caso de los autónomos, ya viven esta inseguridad desde el primer día.

El autónomo, día a día, sin descanso posible, tiene que salir a la calle a buscar nuevos clientes a los que poder facturar, (¡y cobrar!). Su incertidumbre ya no es sólo sobre cuando cobrará la nómina fija de cada mes que tiene un trabajador, sino si podrá cubrir los costes fijos de su pequeño negocio.

Sin ir más lejos, yo mismo actualmente, como coach estratégico, tengo que seguir remando cada día para generar nuevas oportunidades de negocio para los próximos meses. A pesar de que ya tengo un buen nivel de clientes, siempre hay que buscar nuevos clientes para cuando terminen los proyectos actuales. Normalmente el siguiente trimestre es una incógnita.

Los empresarios saben lo que es la incertidumbre

Tampoco hay que olvidar que un empresario es un autónomo que ha hecho crecer una empresa. Sus ingresos dependen de que la empresa funcione con un margen positivo de tesorería. Es consciente de que, si su empresa se va a pique, él también se está auto despidiendo.

Ya he contado más de una vez que cerré una empresa por un cambio regulatorio del gobierno en energías renovables. En todo el sector se perdieron más de 50.000 puestos de trabajo. La noche que decidí que no había más remedio que cerrar mi empresa, no sólo sabía con gran dolor que enviaba al paro a mi equipo más fiel, sino también que yo mismo perdía mis ahorros y mi trabajo.

Ser funcionario tampoco es la panacea

Suponiendo que consigas una plaza de funcionario fija para toda la vida, aunque puedas sentir la «seguridad» del trabajo, también tiene sus aspectos negativos. Entre otros la impotencia de cambiar las cosas ante una estructura burocrática inamovible que consigue desmotivar en el largo plazo.

Pocos saben que empecé mi trayectoria profesional, en un lejano 1980, cómo profesor de enseñanza pública con plaza fija de funcionario. Al cabo de ocho años me quemé por no poder hacer los cambios e innovaciones para una mejor gestión de los centros educativos. Choqué contra el muro de la burocracia pública. Ante el estupor de todos, dejé la plaza segura y me fui al incierto sector privado.

¿Quieres encontrar un trabajo seguro? Reinvéntate

De un puesto de trabajo fijo a ser un freelance de tu especialidad. Este es el concepto que ya avanzó hace muchos años Tom Peters en su libro Re-imagina. Propugnaba que las empresas ya no tendrán departamentos fijos, sino que serán una red de servicios alrededor de proyectos concretos. Decía que tendremos que aprender a ofrecer nuestros «servicios profesionales» en formato de contrato laboral o contrato mercantil autónomo.

En mi caso no he parado de reinventarme toda la vida profesional, aprendiendo cada cierto tiempo cosas que ni tenía ni idea. He asumido plenamente que no existe el trabajo seguro porque tampoco existe nada completamente seguro e inamovible. He aprendido que todo es cambiante e incierto y que lo más «seguro» es aprender a adaptarse al cambio.