El empresario que quería escuchar mis historias. Había una vez que tuve un cliente con una empresa de software con más quince años de existencia y más de veinte trabajadores. El asesoramiento empezó por temas de estrategia, organización, etc.
Hasta que un día me dijo: “Albert, lo que me interesa de verdad son tus historias”.
Me quedé sorprendido. Al preguntarle el motivo me respondió:
“Lo que me explicas sobre cómo mejorar la estrategia lo puedo aprender yo solo leyendo. Pero siempre he estado en esta empresa y no conozco otras empresas, otras maneras de hacer las cosas, otras dificultades. Tú, en cambio, has dirigido en varias empresas y has asesorado a muchas otras, en diferentes sectores. Me interesan tus historias.”
Realmente este cliente ya era un lector habitual de libros de estrategia. En cambio, no conocía otro mundo empresarial que el suyo propio. Por eso el empresario quería escuchar mis historias.
Acepté el reto.
En las siguientes sesiones online (era la época de la pandemia y todo se hacía online) le expliqué mis aciertos y errores en las empresas que había dirigido. Y también las buenas y malas experiencias que había aprendido de mis clientes, normalmente empresas de tipo industrial.
¿Cuántos temas tratamos con mis historias?
Muchísimos. Esta lista representa unos pocos ejemplos de temas que tratamos a través de historias:
- Cómo preparar la negociación cuando te vienen a comprar la empresa.
- Qué hacer en un consejo de administración familiar para no romper la armonía de la familia.
- Mis errores al seleccionar o despedir a las personas.
- Porque lo importante es vender lo más rápido posible.
- La importancia del control de la caja.
- Cómo ir a buscar inversores.
- Estrategias de negociación al comprar competidores.
- Cómo hacer unas descripciones de los puestos de trabajo útiles.
- Mis clientes reacios a los sistemas.
- Cómo implementar un plan estratégico en una pyme.
- Un larguísimo etc. de temas empresariales diversos.
Con cada cliente aprendo un montón.
En este caso, aprendí que mis experiencias empresariales desde 1989, en una amplia variedad de tipologías de empresas, pueden ser útiles a quien sólo ha vivido una única realidad empresarial.
O que al explicar historias reales de otras empresas (con la debida confidencialidad), mi cliente se abre a nuevas posibilidades que no había pensado.
Si quieres que te cuente historias empresariales, ya sabes dónde encontrarme. 😉
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